El Oráculo de Delfos.
La mitología dice que
Delfos perteneció a diversos dioses antes de ser posesión de Apolo. Esquilo dice que perteneció a Gea, Temis; Pausanias dice que
fue un oráculo de Poseidón y de Gea, que ésta dio su
parte a Temis y Temis a Apolo, que más tarde obtuvo de Poseidón la otra parte a
cambio de la isla de Calauria.
La fundación del templo se sabe por Homero, que dice que Apolo quería fundar un oráculo y llegó a
Crisa, cerca del monte Parnaso, y le agradó el lugar y comenzó a construir el
templo que se acabó bajo la dirección de dos hermanos, Trofonio y Agamedes. Apolo mató a las serpientes que infectaban el lugar
y a un monstruo (la serpientre Pitón), y abrió el templo que fue llamado de
Pitón, y su dios Pitón (Pytho). Apolo se convirtió en delfín para atraer a un barco cretense, del que quería
utilizar a la gente como sacerdotes; los cretenses desembarcaron
y fundaron Crisa y se les encargó ser sacerdotes del templo y que adorasen al
dios bajo el nombre de Apolo Delfinio para rememorar su conversión en delfín,
de donde vino el nombre de Delphi.
Otra propuesta acerca del origen del topónimo de Delfos es la que propone que
viene de Delfine , que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la
llegada de Apolo.
El Oráculo
El oráculo de Delfos, situado en un
gran recinto sagrado consagrado al dios Apolo,
fue uno de los principales oráculos de la Antigua Grecia. Estaba ubicado en el valle del Pleisto, junto
al monte Parnaso, cerca de la
actual villa de Delfos, en Fócida (Grecia), a 700 m sobre el nivel del
mar y a 9,5 km de distancia del golfo de Corinto.
De las rocas de la montaña brotaban varios
manantiales que formaban distintas fuentes. Una de las fuentes más conocidas y
más antiguas era la fuente Castalia, rodeada
de un bosque de laureles consagrados
a este mismo dios.
La leyenda y la mitología cuentan que en el monte Parnaso se reunían las
musas, diosas menores del canto y la poesía, junto con las ninfas de las fuentes, llamadas náyades. En estas reuniones, Apolo tocaba la lira y las
divinidades cantaban.
Originariamente tenía el nombre de Pito y
alcanzó gran notoriedad en el mundo helénico desde mediados del siglo VIII a. C.
Pitonisa: Se sabe que la
elección de este personaje se hacía sin ninguna distinción de clases. A la
candidata solo se le pedía que su vida y sus costumbres fueran irreprochables.
Los consultantes tenían
una entrevista con ella unos días antes del oráculo. Este hecho está
perfectamente documentado en las noticias que dan los autores de la Antigüedad. El oráculo se celebraba un día al mes, el día 7 que se
consideraba como la fecha del nacimiento de Apolo. Los consultantes eran de
todo tipo, desde grandes reyes hasta gente pobre. En primer lugar se ofrecía un sacrificio en el altar
que había delante del templo. A continuación se pagaban las tasas
correspondientes y por último el consultante se presentaba ante la Pitia y hacía
sus consultas oralmente, según se cree.
Lo cierto es que no se
ha encontrado hasta el momento ninguna descripción sobre el momento del oráculo
en los escritores griegos o latinos. Ningún autor pagano ha descrito nunca una
escena de consulta, ni siquiera Plutarco en su obra Diálogos píticos. Por otra parte, los estudios arqueológicos y geológicos
recientes hechos en la zona del templo de Apolo aseguran que en la roca no
existe la fisura profunda de que se habla en la leyenda.
Los tesoros
Algunos de los tesoros mejor conservados de Delfos pertenecen a la época arcaica, mientras que del más antiguo, el de Corinto
(650 a. C.), en el que se conservaban también las donaciones votivas
del rey Midas de Frigia, y de los lidios Giges y Creso,
quedan escasas ruinas.
Tesoro de los sicionios
El tesoro de los sicionios, datado en
torno al 500 a. C., aunque no es unánime
dicha fecha entre los arqueólogos, tenía, como muchos otros, forma de templete dórico, con dos columnas entre las dos antas de la fachada.

Son célebres las del Robo de los bueyes,
que representan a los Dioscuros llevándose el rebaño por el
que hallarían la muerte a manos de Idas y Linceo y otras con la
nave Argo, o con Europa y el toro,
etc.
Tesoro
de los sifnios
Era el más suntuoso del santuario. De
estilo jónico y construido
enteramente con mármol de Paros, tenía en su frente dos cariátides en lugar de columnas y estaba adornado con
dos frontones y un largo friso esculpido
con representaciones de episodios mitológicos.
Como se desprende de pasajes de Heródoto y de Pausanias, este tesoro lo erigieron los
habitantes de Sifnos en el 525 a. C. (o quizá algunos años antes, como ha
indicado la norteamericana Richter en su estudio de los Kuroí) con los diezmos de las minas de oro de la isla.
Es el monumento mejor datado del periodo arcaico, lo
mismo que sus esculturas.
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