Pompeya.


Pompeya  ​ fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la Ciudad metropolitana de Nápoles.
Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79, aunque hay pruebas que indican que pudo haber ocurrido más tarde en otoño o invierno. ​ A partir de los trabajos arqueológicos realizados en 2018, esta pudo ocurrir el 24 de octubre. ​ Muchos de sus habitantes fallecieron debido al flujo piroclástico. En sus proximidades se levanta la moderna y actual ciudad de Pompeya.

DOMINIO GRIEGO
En el 80 a. C. se produce un cambio importante cuando Lucio Cornelio Sila funda en Pompeya la Colonia Cornelia Veneria Pompeiorum, que conllevó una importante pérdida del equilibrio local, que, sin embargo, se solucionó en dos o tres décadas.

DOMINIO SANITA
A finales del siglo V a. C. los samnitas, otro pueblo de lengua osca, invadieron y conquistaron toda la Campania. En este momento histórico hay una disminución drástica de la cantidad de materiales hallados en la ciudad, lo que induce a algunos arqueólogos a pensar que la ciudad pudo ser abandonada temporalmente. Si estuvo abandonada, lo fue brevemente porque en el siglo IV a. C. la ciudad formaba parte de la llamada confederación samnita y servía de puerto a las poblaciones situadas río arriba.
Los nuevos gobernantes impusieron su arquitectura y ampliaron la ciudad. Se cree que durante la dominación samnita, los romanos conquistaron la ciudad durante un corto periodo, pero esas teorías nunca han podido ser verificadas.


ROMANIZACIÓN

Pompeya participó en la guerra que las ciudades de la Campania iniciaron contra Roma, pero en el año 89 a. C. fue asediada por Lucio Cornelio Sila. Aunque las tropas de los aliados, comandadas por Lucio Cluencio, ayudaron en la resistencia a los romanos, Pompeya se vio obligada a aceptar la rendición en el año 80 a. C. tras la conquista de Nola. Después de este episodio, Sila estableció una colonia con el nombre de Colonia Cornelia Veneria Pompeianorum. Los habitantes recibieron poco después la ciudadanía romana, pero se les privó de una parte de su territorio.

LOS FRESCOS DE POMPEYA

Primer estilo
  • Primer Estilo: El primer estilo es el llamado de incrustación (segunda mitad del siglo II a los inicios del iglo I a.C.), ya que con él se pretendieron simular las placas de mármol que revestían las paredes (el opus tectorium) de los edificios y mansiones decoradas con ricos materiales, a imitación de lo que se hacía en las grandes ciudades helenísticas. La pared se divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno y la Casa de Salustio ambas Pompeya.    
Primer estilo
Segundo estilo
  • Segundo Estilo: El segundo, el de perspectiva arquitectónica (desde el 82 a.C. a finales del siglo I a.C), es ya una creación romana, y sus composiciones invaden las paredes con escenas o cuadros mitológicos. La pared desaparece para ceder parte a una ornamentación compleja. A esta época, coincidente con los momentos de esplendor que vivió Roma bajo César y Augusto, corresponden las creaciones más bellas del conjunto pompeyano, como por ejemplo la decoración de la Casa de los Misterios.
Tercer estilo
  • Tercer Estilo: conocido con el nombre de los candelabros (desde finales del siglo I a.C. a mediados del siglo I d.C.), se caracterizó por la creación de fantásticas e irreales estructuras arquitectónicas entre las cuales se mueven delicadas figuras, de tamaño menor que las que aparecían en el segundo estilo, con un decidido gusto por la ornamentación <<rococó>>. Puede servir de ejemplo la decoración exquisita de la casa de los Vetti. Hay quien la asocia al cuarto estilo.
  • Cuarto Estilo o ilusionista: (desde mediados d
    el siglo I hasta el 79 d.C.en Pompeya y hasta finales del siglo en Roma), convirtió a las paredes en escenarios irreales en los que una arquitectura fantástica y barroca tenía como único propósito, en un alarde decorativo,hacer olvidar la presencia física del muro. En realidad el tercer y cuarto estilo están tan cerca uno del otro que hay quienes los consideran uno solo. El cuarto estilo tuvo su máximo desarrollo en la Domus Áurea de Nerón (que ya fue tratada en la anterior entrada 
    Arquitectura clásica-Cultura Material). En Pompeya son pocas las muestras que se han conservado de este cuarto estilo. Al parecer, las viviendas de ciudadanos pudientes afectadas por el terremoto del 63 fueron las que pretendieron imitar las decoraciones neronianas que toda la alta sociedad admiraba, a pesar de sus constantes críticas hacia el tirano. La erupción inesperada dejó muchas obras sin terminar.






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